Traen Venezuela…
En días como hoy en los que Felipe González regresa de un viaje por Venezuela y se dedica a hacer pedagogía sobre moral, democracia y buen gobierno rememoro el cuento de Pedro y el Lobo. (Se acuerdan)
Pedro era un pastor que todos los días anunciaba la llegada de un lobo que se comería las ovejas de los vecinos de la aldea. Siempre mentía, pero los aldeanos se asustaban y corrían escopeta en ristre, ante el regocijo de Pedro, para matar al cánido, salvar a Pedro y proteger su ganado. La frustración fue minando la confianza de sus vecinos en el pastor. Un día, Pedro se encontró frente a frente con un lobo gigantesco y se subió a un árbol. Desde allí, gritó sin parar, pedía auxilio, pero nadie le creía y tuvo que ver impotente como el lobo se comía una oveja que pastaba plácidamente. Desde entonces, Pedro decidió no mentir más porque sintió el hartazgo y la desconfianza del resto de los aldeanos y porque pensó qué el también podría haber sido devorado por el lobo.
Los políticos españoles deberían aprenderse esta moraleja y grabársela a fuego en la cabeza, pero, en vez de eso, se dedican a echar balones fuera, a culpar a otros y a seguir anunciando las plagas de Egipto, sometiendo a la población a un clima de miedo y estrés coactivo para que no avance la sociedad. El anuncio de que llegará Venezuela se presenta en los medios de televisión como inevitable si se vota a Podemos. Nada más lejos de la realidad porque, aunque gobernasen y tuvieren esa intención, no podrían cambiar la Constitución sin el apoyo de otros partidos políticos. Perdón, no me he explicado bien. Los medios de comunicación anuncian la llegada del régimen, supuestamente, totalitario de Venezuela. En eso no estoy de acuerdo, pero sí creo que una parte de la vida cotidiana de Sudamérica se instalará en España si no se evita y, al parecer, no hay, al menos por el gobierno actual, la intención de hacer modificaciones en el sistema que asola nuestro país.
¿Qué parte de la vida de Sudamérica se instalará en España? Muy sencillo, la inseguridad ciudadana, puesto que la desigualdad y la pobreza atrae la conflictividad social. La desigualdad, la pobreza y la falta de esperanza de salir de esa situación por parte de los jóvenes favorecen prácticas delictivas como: atracos, robos, tráfico de drogas, generación de bandas organizadas, prostitución… En definitiva, el canibalismo y la inseguridad ciudadana. Los españoles tendríamos que renunciar a actitudes propias de nuestra cultura: pasear con la familia tranquilamente, tomar algo en la terraza de un bar reposadamente, ensimismarse en cualquier parque, gozar de la paz en tu barrio y dormir plácidamente sin miedo en tu casa y disfrutar de las vistas de tu balcón sin rejas ni alambrada. En cambio las armas, como pasa en muchos países de Sudamérica, formarán parte de los enseres de nuestro bolso y el terror sustituirá a la sonrisa y a la hospitalidad española.
Por mucho que se empeñen, estas desgracias no las traerá Podemos, sino las recomendaciones del FMI (Fondo Monetario Internacional), las agencias de calificación de la deuda, Alemania que intenta resolver los problemas en los que se ha metido Deutsch Bank al prestar dinero imposible de devolver a base de imponer sus políticas económicas en el resto de la UE, el gobierno español y los bancos centrales con responsabilidad en nuestro territorio.
¿Por qué? Las políticas de recortes caen sobre los sectores más desfavorecidos de la población. Esto se puede ver sin esfuerzo en la legislación coactiva para evitar manifestaciones ante el riesgo de que ocurran incidentes violentos bajo castigo de multas inasumibles e, incluso cárcel, dos reformas laborales en las que se favorece el despido, la merma de los salarios, la falta de ayudas para montar pequeñas empresas que favorezcan la creación de empleo, la subida de tasas para aligerar las universidades de estudiantes con dificultades económicas, el coste de los cursos de Formación Profesional, el paro desolador que sume a los jóvenes en el nihilismo, la vigilancia a la que se nos somete en la calle mediante cámaras y afluencia masiva de policía fuertemente armada… Todo esto hace prever algo muy malo y se llama represión.
No, Podemos no traerá Venezuela, pero los antes mencionados, sí. Renunciemos a todo lo anterior, recibamos a nuestros nuevos amigos con los brazos abiertos… ¿Lo va a parar alguien? No, porque los partidos convencionales tienen demasiados intereses en estas instituciones y organizaciones como para resolver la situación, pero Podemos y Ciudadanos tampoco porque, sin duda, los tendrán…